2 de marzo 2012
El director de escena Claus Guth,tiene una
cierta obsesión por las enfermedades de origen psicológico- ya nos la mostró la
pasada temporada en el Parsifal Del Liceu- y sigue insistiendo en la puesta en
escena de “La mujer sin Sombra”de la Scala en Milán que se estreno el 11/3 ,con
un inicio –antes de que empezara el primer compás- en el que la Emperatriz yace enferma
en la cama,y con rostros de preocupación e inquietud de los que la rodean, el
emperador, la nodriza, y Keikobald ejerciendo de doctor. A partir de aquí,
Claus Guth utiliza las camas como un medio de representación que le den juego y
formen la base de lo que quiere expresar. Las tres camas, la de la Emperatriz , la Tintorera y la de Barak
las va situando en diferentes posiciones, hasta que las junta, cuando el joven
apuesto seduce a la
Tintorera y ella se acuesta con él aunque sin consumarse el
acto para ser fiel al guión.
Aplauso,para Andy.A.Muller por la utilización
del video en escena, al que Guth ya nos tiene últimamente acostumbrados,y que
desarrolla con ingenio sobre todo en el brillantísimo final de 2º acto. Se proyectan
catástrofes naturales, mientras la nodriza las presagia a través de su canto,
con acompañamiento de toda una orquesta de 120 músicos a “tutti pleni”. Utilizando todos los recursos disponibles , el
conjunto se acerca a la “Obra de Arte
Total” que tanto predicaba Wagner.
No todos los cantantes wagnerianos pueden ser straussianos,
como a la inversa: la voz de Falk Struckmann es excelente, brillante, excepcional,
extraordinaria ,algo sobrenatural, muy adecuada para el dios Wotan, pero NO
para un personaje mas humano, con los pies en el suelo, de este nuestro mundo,
como es el de Barak. Muy bien de voz y de musicalidad pero , este
repertorio no es para Struckmann, esta aquí fuera de su papel. Es como
si qusieramos poner a la
Schwarzkopz o Della Casa, a cantar Brunildas o Kundrys:
no funcionaría.
Los comprimarios, eran aquí voces de
primera!!!.
La extraordinaria música de STRAUSS sobresalió
sobre todo lo demás, y la excelente batuta de Marc Albrech, la gran triunfadora
de la noche milanesa. Los aplausos y bravos al director alemán resonaron ,en su
saludo al público, al principio de los
actos 2º y3º y sobre todo en la despedida, desde el escenario, duraron muchos
minutos. Todo un éxito de este, todavía joven, músico.
Pero en Salzburgo, verano del 2011,Thielemann puso el listón muy
alto. Todavía en el recuerdo…. y difícil de superar!!!
José Luis Bruned.
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