El pasado 21 de noviembre se cumplieron 50
años de la reapertura del Nacional
Theater en la ciudad de Munich. Tras la demolición por los efectos
devastadores de la guerra y su posterior
reconstrucción, volvieron a abrir sus puertas en esta misma fecha del 1963. El
edificio es sede de la
Bayerische
Staatsoper , quizá uno de los mejores teatros de ópera
mundial- Haus ohne Schatten (La casa sin sombra)- como lo define la revista especializada, Max Josph en su número
extraordinario dedicado a la
conmemoración. También el primer rotativo muniqués Süddeutsche Zeitung dedica al acontecimiento una separata de 8 páginas, en su suplemento dominical del
17 de noviembre.
Para celebrarlo se elige Die Frau ohne Schatten; una de las más grandes obras del repertorio
operístico
y sin duda la mejor ópera que
concibiera Richard Strauss; el hijo predilecto de la ciudad y uno de los compositores
más grandes de la historia de la ópera: Die Frau onhe Schatten, fur das Haus ohne Schatten. Una mujer sin
sombra, para La casa sin sombra. Genial combinación.
Para colmo, el nuevo director musical de la Bayerische
Staatsorchester , el joven de 41 años Kirill Petrenko, se estrena en Munich, dirigiendo esta “premiere” como
colofón del aniversario.
La mujer sin sombra, es una ópera difícil de
representar, su concepción vanguardista, simbolista y surrealista, hace que en
el escenario deban convivir espíritus y seres humanos dificultando considerablemente
su puesta en escena. La responsabilidad
recae en el polaco Krzysztof
Warlikowski que la diseña
ambientada en la época del estreno
de la ópera en 1919, inspirándose en la película “El año pasado en Marienbad” y
en la novela “La
Montaña Mágica ” de Thomas
Mann, con el sanatorio de Dávos (Suiza), mostrándonos, ya previamente en el
inicio, sus imágenes en video de gran pantalla. Para la escena presenta dos ambientes:
uno doble, de la casa del emperador-emperatriz, más una especie de garaje sede
de los tintoreros y otro que representa un frío hospital o sanatorio psiquiátrico.
La escenografía y vestuario es de Malgorzata Szezesniak, quien antes de
terminar su formación como escenógrafa, estudió pintura y psicología en Cracovia, completando su experiencia profesional en una clínica psiquiátrica. Dejó
aquí patente su doble formación en el
cambio de concepción del libreto: los hermanos del tintorero son presentados con
patologías de tipo psiquiátrico- con estereotipos y balanceos- y no de carácter
físico como describe el libreto de Hofmannsthal.
Igualmente la falta de sombra de la
emperatriz y la premonición pétrea del emperador, tendrán escénicamente un
tratamiento de tipo psiquiátrico.
Lo más brillante y destacado de esta
representación fue la parte musical:
la partitura de Richard Strauss para esta ópera incluye toda su sabiduría como
compositor; una especie de catálogo donde se encuentran todos los estilos,
desde el clasicismo a la atonalidad (en la figura de la nodriza) y desde la
forma sonata hasta la sinfónica y coral. El director musical Kirill Petrenko, profundiza en la
partitura sacando de la gran orquesta tantas aristas musicales y detalles, que
la emoción invadió a los espectadores y alguno no pudo contener la lágrimas,
sobre todo en la primera intervención de Barak, en la escena que finaliza con
el largo interludio musical, después de las frases llenas de humanidad que
culminan con "alegria en
el corazón"
”
La interpretación orquestal a cargo del joven
director musical resultó brillantísima recogiendo la orquesta y el director las
mayores ovaciones y bravos de la jornada.
Deborah
Polaski no cumplió con el rol que la nodriza exige: no fue lo suficiente sibilina, bruja y mala que
exige el libreto, y adoleció de una voz fresca dúctil y con aristas. Fué una “Amme” blanda
y estuvo fuera de papel. A su edad debería mejor dedicarse a hacer Kabanovas,
Kustunicas Klytemnestras(con permiso de Waltraud Meier) o incluso Condesas de
Geschwitz (Lulu).
El Sudafricano Johan Botha debido a su sobrepeso le cuesta moverse en escena, (un
mueble) es una lástima que por ello, no
pueda completar su papel de Emperador pues proyecta una voz
muy bonita, agradable y adecuada; es un placer escucharlo.
Excelentes la Tintorera de Elena Pankratova y el Barak de Wolfgang Koch.
Esta representación nos sirvió también para constatar que Christian Thielemann ya no tiene el monopolio del mejor director de
ópera de repertorio alemán, el joven Petrenko brilla al menos a su altura, La Bayerische Staatsoper
ha negociado con acierto la sustitución de Kent
Nagano, no cediendo a las exigencias de aquel (no se podía de entrada tolerar
que fuera sólo él quien impusiera las
programaciones) y eligiendo finalmente
como director musical, al ruso Kirill
Petrenko que ya con esta primera actuación, demostró una vez más de lo que
es capaz alcanzando un clamoroso éxito con esta ópera de Strauss. Pero, la
“sombra” de la todavía reciente de
Salzburgo,es muy alargada y llega hasta Munich, logrando eclipsar su
representación: La del verano 2011 en la capital de la región del Salzkammergut
es todavía la mejor que hemos visto. Es de referencia.
José Luis Bruned
Trobo molt interessant la posada en escena de Die Frau ohne Schatten de Krzysztof Warlikowski...flipo!http://youtu.be/RhEpGcoq5a4.. Mabeth;)
ResponEliminaTotalment d’acord Natalia. Klaus Gut, ja havia assajat el tractament psiquiàtric a la producció de Milà 2012, paro aquí Warlikowski i el seu equip profunditzen molt mes. Els germans de Barak ( el coix, tort i xape ruc) són aquí esquizofrènics y autistes que explicant clarament a l’escenari la seva patologia amb estereotips i balancejos, i el tercer acte es desemvlupa principalment a la clínica psiquiàtrica amb una dramatúrgia molt característica de aquestos llocs.
ResponEliminaJ.L.Bruned