Judith Gautier (Paris,
1846-Dinard, Bretaña, 1917)
Hija del reputado escritor francés
Théophile Gautier y casada también con el escritor Catulle Mendès, que como
ella era ferviente wagneriano y colaborador de la Revue Wagnérienne de 1885 a 1887. Judith conoció la música del
compositor en su estreno del concierto del Teatro de los Italianos en febrero de
1860, cuando asistió junto a su padre a la presentación de la música de Wagner
en Paris, llegando a mostrar su desacuerdo por los comentarios realizados por
el músico Héctor Berlioz también presente en este estreno.
Años más tarde, sin cumplir todavía
los 18 años, escribió varios artículos para la prensa sobre óperas de Wagner, firmando
bajo el pseudónimo de Judith Walter (como el personaje de Walter von Stolzing
de Die Meistersinger von Nüremberg).
Uno de estos escritos probó fortuna enviándoselo a Wagner para que lo
corrigiese y éste terminó por invitarla a Tribschen. De esta invitación surge la
primera de las visitas realizada por la escritora al músico en su retiro de
Tribschen en Lucerna, Suiza, 1869, viaje en el que también le acompañaron su
marido Catulle Mendès y el también poeta Villiers de l’Isle Adam. El libro está
escrito en primera persona y narra, de forma directa y simple, este primer encuentro,
ofreciendo al lector una impresión de espontaneidad y franqueza de los
testimonios del propio compositor o de las charlas mantenidas con Cósima von
Bülow sobre Wagner o su padre, Franz Liszt. Judith Gautier narra las
vicisitudes vividas en aquel verano como espectadora privilegiada desde la
cotidianeidad familiar que rodeaba a Wagner, sus costumbres, su amor por las
excursiones, su trabajo -se encontraba componiendo Siegfried- o la admiración devota por Ludwig Schnorr von
Carolsfeld, el que fuese su intérprete ideal, que había estrenado Tristan und Isolde en Munich, 1865.
Pero no será este es el único de los
viajes que Judith realizó a ver a Wagner, también realizó otros como para el
estreno de Parsifal en el
Festspielhaus de Bayreuth 1882, libreto y composición que había seguido muy de
cerca, especialmente por ser su traductora al francés y la amplia
correspondencia con el músico ofreciéndole consejo durante la composición en
materia lingüística, recordemos que Judith Gautier fue una de las primeras
traductoras de las lenguas orientales (chino, japonés) y buena conocedora de
las lenguas indoeuropeas. También se habla de ella como la inspiradora del
personaje de Kundry de la ópera Parsifal.
En París se convirtió en una de las
más fervientes wagnerianas, no sólo en su labor de traductora de las óperas al
francés, y crítica musical, sino también realizando en su apartamento parisino
espectáculos de marionetas representando el ciclo del Anillo del Nibelungo o los actos primero y tercero de Parsifal.
Judith Gautier se convirtió en 1910 en
la primera mujer escritora en entrar en la Academia Goncourt de las letras
francesas.
Lourdes Jiménez
Doctora en Historia del Arte
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada