divendres, 7 de febrer del 2014

EL ROBO DEL SANTO CALIZ

 Metina Radach ens envía la traducció d'un article que va apareixer el 22 de gener al diari Frankfurter Allgemeine signat pel critic musical Christian Wildhagen

Hace 100 años terminó el plazo de protección de "Parsifal" de Richard Wagner. En todo el mundo se levantó una fiebre nerviosa justo medio año antes de la primera guerra mundial. ¿Porque?
En Bayreuth y en la casa Wahnfried  todavía reinaba la paz.  Sin embargo, se presentía el ocaso, y no sólo por el rumbo político de los acontecimientos sino porque aparecieron problemas por la herencia de Wagner.
Primero se produjo un escándalo por el pleito de Isolde, la hija ilegítima de Richard Wagner y Cósima von Bülow.  Isolde estuvo luchando para que se reconociera la paternidad de Richard Wagner, y para ello suministró a la prensa muchos detalles íntimos acerca de sus padres.
Más tarde, Cosima negó  a su hija
y por último, Maximilian Harden, un temido periodista cazador de gente homosexual, insinuó que el hijo del gran maestro era " un santo de la caja de otros colores " (textualmente traducido) .
A todas estas viscisitudes se sumó que el plazo de protección para la exclusiva representación de Parsifal  había terminado.  A partir de Enero de  1914, en todos los teatros nacionales y internacionales de categoría pasó lo que la familia Wagner denominó "el robo del Santo Cáliz".
Richard Wagner dedicó su último obra "Parsifal" exclusivamente al Festspielhaus de Bayreuth. En 1880, en una carta dirigida al rey Ludwig II, Wagner insistió en que su Parsifal no debería servir de divertimiento en otros teatros y pidió impedirlo. El rey no pudo evitarlo. Ni para un compositor nacional como "el maestro Wagner" existían leyes excepcionales;   no había una " Ley Parsifal", y mucho menos después de su muerte. La sola renuncia a festivales en el año jubilar 1913 con motivo al centenario de nacimiento de Richard Wagner ya resultó una reacción de despecho de la familia después del segundo fracaso de sus intenciones de prolongar  los derechos heredados de las obras de Richard Wagner por decreto y el límite legal reinante en aquellos tiempos de 30 años después de la muerte del autor. En 1901, la viuda de Richard Wagner, Cósima, ya daba trabajo al gobierno supremo alemán que rechazó la "Ley Parsifal" con mayoría de 16 votos en contra. También el segundo intento, ahora organizado por medio de mediadores, fracasó a pesar del emperador Wilhelm II.que secundaba a Cósima.

El pleito para la prolongación del plazo de protección en realidad sólo sirvió a los herederos para luchar por los derechos del autor y las funciones de las obras de Wagner en todo el mundo. Fue una auténtica bendición monetaria que hizo rico a todo el clan familiar: la fortuna familiar sumaba seis millones de marcos a principios de 1913, que (equivalen hoy día a 30 millones de euros) pero a partir del primero de Enero de 1914, la fuente del  bienestar económico de la familia empezaría a secarse. Las obras de Wagner- también el Parsifal, la obra de despedida al mundo exclusiva de Bayreuth - podrían ser presentados en todos los teatros y libre de impuestos  al clan Wagner.

La denominación marcial "robo del Santo Cáliz" fue utilizado ya hace tiempo en el circulo wagneriano desde que Heinrich Conried, el empresario de la New York Metropolitan Opera, se atrevió a poner en escena "Parsifal"  el 24. de Diciembre de 1903 fuera de Bayreuth - y contra la resistencia de Cósima que se puso personalmente en contacto con el presidente Theodor Roosevelt para poder amenazar a todos los artistas con un anatema wagneriano. Hasta entonces, la familia Wagner guardó de la forma  más estricta, cumpliendo con los deseos del compositor, todo el material teatral.  Conried, sin embargo, mandó copiar cada rol por separado a partir  de una partitura de trabajo de la editorial Schott de Mainz. De la misma manera trabajó el director de orquesta Henri Viotta, el fundador del Residentie Orkest en Den Haag a la hora del segundo rapto del "Santo Cáliz" en Amsterdam el 20 de Junio de 1905. Existen varios otros "robos" hasta en 1913, en Zurich, Monte Carlo, Buenos Aires y Rio de Janeiro. Pero estas profanaciónes sólo eran pinchos de pulgas comparada con la Parsifal-fiebre mundial que brota a principios de 1914.
Cada uno quiere ser el primero. Empieza un enorme maratón de actuaciones. Durante la Noche Vieja, el Gran Teatro del Liceu de Barcelona estrena su premiére de "Parsifal", algo cargante a las diez treinta de la noche, cuando en Bayreuth ya es una hora más tarde ! Al día siguiente sigue el Teatro Communale di Bologna. Desde el estreno absoluto de "Lohengrin" en Italia se pelean por ser un baluarte wagneriano. Los bologneses aventajan en competencia a Roma y a otros lugares y mandan empezar más temprano.
El Teatro Alemán ( Deutsches Opernhaus ) en Charlottenburg, el precursor de Deutsche Oper Berlín de hoy día, presenta su "Parsifal" en la noche del Año Nuevo, el teatro imperial de Berlín presenta "Parsifal" a su vez cuatro días más tarde;   la Scala di Milano lo dará el día 9., el teatro imperial de Vienna el día 14 de Enero. En París, en el teatro Palais Garnier, se puede ver "Parsifal" el día 4 de Enero, y vale preguntarse como han logrado enseñar satisfactoriamente éstas actuaciones tempranas! Hasta declararse la guerra en los primeros días de Agosto de 1914, sólo en Europa habría más que 50 ciudades que estrenan "Parsifal", entre otros Londres, Venecia, Dresde, Hamburgo y Munich.
Un detalle en la recepción histórica de "Parsifal" también es que el estreno de la actuación prevista de "Parsifal" en Moscú cayó víctima por motivos del arte alemán ignorado después de la declaración de guerra contra el imperio del Zar. El día 2 de Agosto, la mobilización obligó a Bayreuth a terminar con el festival. Hasta esta fecha se daban ostensivamente todavía dos funciones del estreno absoluto de " Parsifal ", personalmente controlado por  Wagner y desde entonces dogmáticamente conservado por su viuda.
El hype espectacular de la última obra de Wagner no encuentra un ejemplo igual en la historia de la música aunque permite una facil y superficial explicación:  en aquellos tiempo, la obra resultó una auténtica "novedad".  Mucho antes del invento del disco, CD, DVD o streaming digital, "Parsifal" fue desconcocido en su versión original durante décadas desde su estreno absoluto en 1882 e unicamente presentado en Bayreuth. Esta exclusividad estricta aumentó la curiosidad de la gente aún más y transformó la obra a un misterio lleno de sagas para unos pocos privilegiados.
Thomas Mann se burló sagazmente del culto - y después de su experiencia con "Parsifal" en Bayreuth tuvo que reconocer que quedó impresionado por la obra: " Me fui con grandes dudas y un sentimiento de un peregrinaje a Lourdes o pedir una profecia o visitar algún lugar sugestivo, pero terminé profundamente emocionado. Estoy seguro que una fueza de expresión terrible semejante no se repetirá en ninguna categoría de arte".
Aparte de la magia de efecto absolutamente calculado por Wagner, y hasta hoy día difícil de escapar, es de suponer que a principios de 1914 hubo más razones por la fiebre "Parsifal" . El entusiasmo colectivo del Agosto 1914 tomaba possesión de toda Europa. La gente jóven andaba borracha de euforía por la calles, con corona de flores en el cabello y fueron marchando al campo de batalla con poemas patrióticos en la cabeza, algún otro hasta cantando canciones de Schubert. Sin embargo, los  innumerables admiradores de la obra probablemente también se llevaron un ideal, una idea de bendición, de consagración, ser el privilegiado y la víctima al mismo tiempo lo que la obra celebra de manera tan sugestiva. Una bendición superior servía muy bien en los momentos anteriores a ir a la guerra y a "actos heróicos" imaginados.  La idea del culto del "Bühnenweihfestspiels" sirve de cruce para ideales del movimiento juvenil de una época, del movimiento del discípulo, la entrega colectiva por una cosa y, finalmente, el sacrificio incondicional por el pueblo y la patria, propagado hasta acabar histérico. Durante las primeras semanas de exaltación en la guerra, la semilla brota, sembrada hace tiempo por los nacionalistas y tradicionalistas, sobre todo en el imperio del emperador alemán. Y finalmente no hay que olvidarse del círculo bayreuthiano que rodeaba a Cósima y a su yerno, Houston Steward Chamberlain, el precursor de derechas, que hizo todo por acaparar  Richard Wagner y su obra para la idea nacional, y pronto nacionalista ( y también racista ).
Justamente en Bayreuth, ésta relación fue puesta en escena décadas después. La fantástica puesta en escena de "Parsifal" de Stefan Herheim traducía en 2008 el cobro político de la obra por medio de imágenes emocionantes. Al intercalar documentos filmados de la Primera Guerra Mundial, se da la impresión que los peregrinos del Santo Cáliz se fortalecían al celebrar el acto de " la última comunión" y con los sonidos de transfiguración de Wagner en el oído irían por la vía directo, des de el templo del Santo Cáliz a la trinchera.
Metina Radach



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