ANDRIS NELSONS estaría ahora en el ensayo de 'Parsifal', la nueva producción de éste año en los festivales de Bayreuth. Pero no lo hace. El director de orquesta estrella letón con puesto de jefe del Boston Symphony Orchestra y a partir de 2018 también del Gewandhausorchester de Leizig, se encuentra por ahora en su casa en Riga. Nelsons ha abandonado la colina verde repentinamente. La causa: CHRISTIAN THIELEMANN, el director musical de Bayreuth; se metió demasiado en asuntos de Nelsons, también en sus
ensayos y hasta dirigió a los músicos. Nelsons, de 36 años, todavía es un niño confiado, sensible y cariñoso. No es la persona que tiende a accesos de rabia y escándalos. Pero Nelsons sobrepasó sus límites de tolerancia y tomó la decisión de abandonar los ensayos de 'Parsifal'.
Nelsons no es ningun principante. El dirigió durante cuatro años el 'Lohengrin' con la puesta en escena de Hans Neuenfels y gracias a él, ésta producción llegó a ser una pequeña exposición de ratas de estatus culto. También dirigió 'Parsifal' en versión de concierto con casi los mismos cantantes en Birmingham y varias veces también el tercer acto, el preludio y el milagro del Viernes Santo, últimamente con los filarmónicos de Berlín. Si el amable y transigente Andris Nelsons ya no tiene ganas de seguir, debe existir un problema grave.
El problema se llama aparentemente Christian Thielemann. Como un augurio, la carrera de Thielemann está marcada, no importa, dónde trabaje. Thielemann es un director de orquesta sumamente talentoso y hoy día, al lado de Daniel Barenboim, uno de los mejores en las obras de Richard Wagner, pero siempre con el mismo reproche: musicalmente fantástico, pero no compatible como persona, caprichoso, envidioso, muy mandón, egocéntrico. Nunca hubo un puesto de trabajo dónde Thielemann no acabase peleado. En Dresde, dónde Thielemann es jefe de la orquesta Staatskapelle, pero no lo es del teatro Semperoper, se pelearon hace tiempo. Pero los músicos se callaron y obedecieron a regañadientes, mientras el teatro se vió obligado aguantar la pérdida de un intendente designado y con mucha reputación, porque Thielemann se mete siempre en todo, pero sin aceptar responsabilidades.
Se comenta que Thielemann se metió en los ensayos del coro con el resultado que la orquesta y el coro al final hicieron lo que Thielemann quería. Esto por supuesto no se puede tolerar y es una fuerte pérdida de autoridad que ningún director de orquesta tiene que permitir. Dicen que Thielemann hasta dirigía.
¿Qué pasa con Thielemann? Ser director musical significa en el caso de Bayreuth especialmente: procurar ayudar, preparar el terreno para colegas, aconsejar, pero sin meterse en asuntos ajenos. Sin embargo, Thielemann se atrevía a dar "clases gratuitas" a MAREK JANOWSKI, director que realizó una grabación todavía válida del ANILLO de Dresde cúando Christian Thielemann todavía en pantalón corto,asistía a Herbert von Karajan en el piano, siendo ser un joven lleno de espinillas. Ës algo que lógicamente no puede ser.
Katharina Wagner, ahora la única directora de los festivales, por supuesto está en apuros. Su problema es un Christian Thielemann no dominable. Por una parte, Thielemann que por un lado significa una suerte para la colina, por el otro lado él es también una maldición a pesar de la esperanza que aquí se le tiene, en su terreno tan estimado, Se creyó que Thielemann se portaría bien. Una equivocación. Al parecer, Thielemann todavía sufre por su fracaso de no ser elegido por los filarmónicos de Berlín.
Ahora bien, todo el mundo quiere saber lógicamente que pasará... sobre todo, quien debería dirigir el nuevo 'Parsifal'. Katharina Wagner tiene que ser especialmente atenta con Andris Nelsons que está nominado a dirigir el nuevo 'Anillo' en Bayreuth en 2020. Al menos firmó el contrato.
fuente: DIE WELT/Manuel Brug/ 30. de Junio 2016
Metina Radach
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