Klaus Florian Vogt salvó el estreno del "Lohengrin". Vogt llegó pocos días antes
a Berlín. Su voz es magnífica y de una dulzura, un brillo y una fuerza y
adolescente. Vogt merece ser titulado "único" ya que comparándolo con grabaciones conocidas de otros cantantes ,podemos afirmar que es uno de los cinco intérpretes del papel de Lohengrin más
importantes de la historia , ( al lado de Franz
Völker, Lauritz Melchior, Sándor Konya y el jóven Peter Seiffert ). No es sólo
su voz mozartiana, sino su facilidad juvenil que se une ahora con el encanto
metálico. Vogt hasta da alas a los otros cantantes. Ricarda Merbeth se supera a si misma, Petra Lang es la furia agria que corresponde al papel
de Otrud, aunque hay que recomendarle cuidado con sus próximas visitas previstas al
terreno de las Brünnhildas!. Gordon Hawkins da un resultado negativo con
su voz arrugada y de fuerte acento (Telramund), Bastiaan Everink
presenta una declamación pobre (Heerrufer), Albert Dohmen (Heinrich)
canta comiendo las palabras. Desgraciadamente resulta imposible entender ni una
sola palabra.
Durante los dos años y medio que lleva Donald
Runnicles en la DOB aprendimos a apreciar al batuta escocés como trabajoso
"matador" de obras manidasy motivador de su casa. Por el otro lado,
uno empieza a tener algo de miedo ( y no sólo por el más reciente estreno del Lohengrin
berlinés ) del temperamento algo rústico del batuta de 58 años de edad. La
lectura de Runnciles fue grosera, lenta y de sonido espeso en el preludio del
primer acto. Se echaba en falta el sentir un hormigueo y un brillo
transparente. Las entradas del coro fulminante tambaleaban y los tonos intermedios no aparecen por su afición a dramatizar de forma demasiado gruesa. Todas las
esperanzas que Runnicles prometió al principio corren el riesgo de fracasar por
su labor musical insensible. Sólo el sonido de la orquesta parece mas homógeno
que antes.
El director de escena, Kaspar Holton, fue el intendente del teatro de Copenhagen y hasta entonces no se le
vió como escenógrafo en los teatros internacionales. ¿ Porqué ahora?. Su idea escenográfica en "Lohengrin" es la siguiente: Un angel
de paz es enviado a pacificar la sociedad conflictiva y guerrera de Brabant.
Hasta llegar al momento de su boda, Lohengrin lleva puestas unas enormes y angélicas alas pero nadie entiende su mensaje de paz ya que si en la escena se puede ver al principio un campo de batalla , al final solo quedará un campo repleto de muertos. Gottfried, el
futuro protector, es un niño muerto, incapaz de vivir y de insuflar vida.
Es una auténtica pena, porque ésta
idea ya no da pié a la esperanza.
Abrigos largos, jubón y algodón: un vestuario que parece ser la pieza artesanal de Götz Friedrich y nos preguntamos: ¿ porqué no se
quedaron con la que tenían de Friedrich?
Metina Radach
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