Después de la desafortunada decisión por parte del Gran Teatre del Liceu de anular las óperas de Zemlinsky programadas para este mes de abril y agradeciendo al Grup Wagner “el sucedáneo para liceístas inconformistas” (R-Massagué) sus Visions sobre Der Zwerg del pasado 16 de abril, algunos, para remediar el dique seco en el que nos metió su Director General Joan Francesc Marco, decidimos viajar a Bilbao para disfrutar de la entartete Musik (música degenerada) de Die tote Stadt (La ciudad muerta) de Erich Wolfgang Korngold.
Marietta's
lied es el aria que nos llevaríamos a una isla desierta. Su audición
siempre consigue tocar las fibras que producen una emoción indescifrable, y el
21 de abril, día del estreno, Emily Magee, hizo una interpretación memorable,
de referencia, fue la que cosechó el gran éxito y ovaciones en las tablas del
Palacio Euskalduna. Sin duda acumula la experiencia en el rol de sus
actuaciones en San Francisco, Viena y otras ciudades; es una delicia verla y
escucharla. Definitivamente, esa noche nos reconciliamos con la soprano
americana.
El tenor Robert Dean Smith, acostumbra a ser irregular. En ocasiones se reserva para después, si conviene, emplearse a fondo y entonces es espectacular, brillante, como lo fue en su Ariadna auf Naxos en Baden-Baden de este año, y también en su solo final de la ópera en Bilbao, que estuvo simplemente sensacional. Se comprende pues porqué a algunos no les acaba de cuadrar este tenor de Kansas. Pero el Bacus de la ópera de Strauss y el de Paul en la de Korngold son papeles de corta duración. En pocos meses, tendremos ocasión de comprobar y comparar como Dean Smith gestiona sus recursos vocales en el extenuante Tristan de Bayreuth y Barcelona
El tenor Robert Dean Smith, acostumbra a ser irregular. En ocasiones se reserva para después, si conviene, emplearse a fondo y entonces es espectacular, brillante, como lo fue en su Ariadna auf Naxos en Baden-Baden de este año, y también en su solo final de la ópera en Bilbao, que estuvo simplemente sensacional. Se comprende pues porqué a algunos no les acaba de cuadrar este tenor de Kansas. Pero el Bacus de la ópera de Strauss y el de Paul en la de Korngold son papeles de corta duración. En pocos meses, tendremos ocasión de comprobar y comparar como Dean Smith gestiona sus recursos vocales en el extenuante Tristan de Bayreuth y Barcelona
Extraordinario el
joven barítono Tommi Hakala, en su doble papel; su voz es potente, bonita,
llena de armónicos. En el de Rank del segundo acto, lleno de emoción, especialmente
en la escena del aria de Pierrot, Mein Sehnen mein Wahnen (Mi anhelo, mi ilusión) una bella y
cautivadora melodía, donde Korngold nos sorprende con un guiño a la opereta
vienesa.
Pero en Die tote Stadt lo onírico y lo real se
entremezclan y es difícil entender donde acaba lo uno y empieza lo otro; no
existe línea divisoria, como ocurre en nuestra propia vida .Así nos lo dan a
entender compositor y dramaturgo, siguiendo el camino que nos muestra Sigmund
Freud en la obra Traumdeutung (La interpretación de los sueños).
José Luis Bruned
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