dilluns, 29 d’abril del 2019

L’ENCHANTERESSE: LA MUJER COMO MITO


Heroinas miíticas feministas, como Medea, Electra, Fedra,  Ana Karenina, MadamBobary o nuestra más próxima Regenta. Mujeres, que lucharon por sus derechos a lo largo de la historia,hasta llegar al movimiento actual ME-TOO
En este contexto se sitúa la historia de NatasiaKouma; una mujer libre, fuerte, enamorada- hermana de nuestra Carmen sevillana- una de las mas bellas heroínas creadas por Tchaikovski, que el director artísticoSergi Dorni, ha tenido el acierto de programar dentro el festival de primavera, “Vida y Destinos, de la Opera de Lyon; la escena de referencia en Europa, donde  Dorni  ha conseguido  reclutar un público bien informado  y fiel, que sabe valorar las novedades que allí se ofrecenL’enchantaterese (La Hechicera) es obra inédita en Francia y nunca se ha representado en España.
El libreto, según la obra homónima de Hipólito Chpajinski, narra una historia romántica de amor (estamos en la época 1887) de una posaderaKouma, de la que se enamora un Príncipe NikitaKurliatev, a la vez que ella mantiene una relación amorosa y secretacon el Príncipe Youri, hijo de aquel, en  el contexto de una sociedad, cerrada, patriarcal, monárquica, machista, oscura, y encorsetada, propia  de finales del siglo XIX donde se sitúa la acción. Una obra intensa, explosiva que acabará en tragedia.
La puesta en escena, está confiada al ucraniano Andry Zholdat, nacido en Kiev, formado en la Escuela de teatro Anatoli Vassiliev de Moscú. Apasionado del cine, sus trabajos están influenciados por Federico FelliniIngmar Bergman, Andreï Tarkovski, entre otros. También se ocupa de las escenografías de sus producciones. En 2005, se traslada a Berlín, donde se reflejará la influencia de ese teatro, próximo a Franz Carstorf (polémica su última tetralogía wagneriana en Bayreuth). El director de escena, desde la transgresión, cultiva la desmesura, la intensidad y un sentido de rebelión. Una bomba de relojería que explota al final de la representación, en forma de envenenamientos y asesinatos.
La escenografía consta de cuatro partes:
1. Una capilla, con un Cristo sin la cruz, donde Mamyrov*, coloca en el ojo un Cámara de video virtual, para ver sin ser visto,
2. El comedor real, todo decorado de blanco brillante, incluido parte del vestuario
3. El cuarto de los niños en el Palacio Real, 
4 La humilde casa rural donde habita Kouma con su familia.
Estas cuatro partes de la escenografía están en movimiento casi continuo, sirven para recoger la trama del libreto, o bien la virtual,que con sagacidad y maestría desarrolla el Stage Director, a través del  viejo clérigo Mamyrov.
Mamyrov*Personaje esencial en esta producción, clave para poder asimilar la puesta en escena que nos propone Zholdat:
Este clérigo vestido como tal, es un religioso solo en apariencia: es el jefe de la administración, una especie de ministro, el brazo derecho del Príncipe, manipulador, hábil político, que maneja al príncipe a su antojo, concentra el odio del pueblo contra su superior. Es movido por los más bajos sentimientos: resentimiento, sed de poder, codicia. Todo  solo para provecho personal. Lo podemos reconocer en personajes actuales cercanos, sobre todo en al mundo de la política. Genial aquí el director de escena que hace que Mamyrov, esté presente a lo largo de toda la representación 
Musicalmente la obra es de complejidad extrema. Cinco roles de primer nivel: Kouma soprano, Princesa mezzosoprano, Príncipe barítono, Hijo del Príncipe tenor, Clérigo Mamyrov bajo, mas numerosos papeles secundarios, explicarían su  dificultad  y el porqué no ha sido representada hasta ahora en los teatros europeos.
La Opera de Lyon ha hecho un esfuerzo considerable en todos los sentidos, para levantar esta brillante producción: La partitura posee unas notas de una riqueza inusitada, pidiendo precisión extrema en su ejecución, que resuelve con éxito el Director titular DanieleRustioni: Trabajo con el coro- fundamental en la ópera rusa- de excelencia; concertantes de hasta 12 cantantes, momentos orquestales  en estado puro, exigen una tensión y concentración del director y de toda la orquesta, sobre todo en los momentos de descripción del drama y la tragedia exigidos por el libreto.
El nivel de las voces es de excelencia, sin excepción:
Piotr Micinski, es el clérigo Mamyrof: Bajo- papel imprescindible en la ópera rusa-de origen polonés, de repertorio musical limitado, pero presente en toda la obra y de amplio rol actoral. 
Atención al joven tenor emergente Migran Agadzhanyan, en el  papel de Yury, hijo del príncipe, de bella voz  amplia, potente, dominando todos los registros.  Formado en el conservatorio de SanPetersburgo, y perfeccionado sus estudios en la Opera de Los Ángeles auspiciado por Plácido Domingo. Recientemente ha alcanzado el primer premio del concurso  Operalia, patrocinio de nuestro septuagenario tenor.
Finalmente destacaremos las voces de la Princesa, que encarna la excelente mezzosoprano moscovita Ksenia Vyaznikova, La de su marido, el Príncipe Nikita el barítono Evez Abdulla, formado en la academia de música de Bakou.
En el rol de la protagonista, la Hechicera, ofrece al público un excelente trabajo la soprano Elena Guseva. Se presenta en escena, como mujer libre, resuelta y con distinción. Voz elegante de soprano lírica-spintode voz controlada y la interpretación intensa y variada.
El trío formado por el Director Artístico de la Opera de Lyon, Sergi Dorni, el Director de Escena  Andry Zholdat y el joven Director Musical  Daniele Rustioni, han conseguido llevar a la escena una obra intensa, muy bien elaborada y dirigida desde el podio con maestría, que a nadie dejo indiferente, a tenor de las muestras de entusiasmo, al final de la representación, y que difícilmente olvidaremos,

José Luis Bruned
Abril 2019




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