Motivado, feliz, con la vista
pegada: Plácido Domingo se abre paso por la "Valkyria" en el Festspielhaus
de Bayreuth
Plácido Domingo es un hombre creyente. Ante cada actuación
reza a la Santa Cecilia, patrona de la música. Hasta ahora daba buen resultado
y así lo fue también en aquel día a finales de Julio cúando Domingo - por
última vez invitado a Bayreuth en 2000 para cantar Siegmund - de nuevo debutaba
en los festivales de Bayreuth, ésta vez como director de orquesta de la
"Valkyria".
El número de cantantes que se aconsejan capazes a una
segunda carrera con la batuta en la mano es apreciable, sobre todo en el
Festspielhaus, el único en el mundo, dónde el director de orquesta tiene que
dar la entrada a los cantantes con un ligera desfase de tiempo y sólo puede
adivinar si su sonido moldeado llega como deseado a la sala de espectadores.
Entre los directores de orquesta dicen que hay que tener una manita especial;
incluso los experimentados contemporáneos, elogiados por su senisibilad de
sonido ,fracasaron aquí.
Domingo sin embargo no sólo cree en el poder de la Santa
Cecilia, también confía en si mismo. Katharina Wagner que le contrataba confió
sobre todo en el atractivo de su nombre. Aparte de ello, no fue realmente su
idea invitar a Domingo. Tampoco la de Christian Thielemann que se esfuerza como
director musical a reanudar el nivel musical al nivel del esplendor de los
tiempos antaño de Bayreuth. La responsable fue Eva Wagner-Pasquier, con la que
Katharina Wagner compartío la dirección de los festivales hasta 2015.
Wagner-Pasquier ofreció Domingo "El Holandés Errante", una obra que
resulta aún más problemática con la acústica bayreuthiana como la
"Valkyria". Domingo hasta estaba en boca como unos de varios
sucesores de Kirill Petrenko que desapareció en la colina despúes 2015.
A Domingo, la idea le pareció fantátisca. Muchos expertos
sin embargo reaccionaban escépticos. No obstante, retirar la invitación hubiera
sido una ofensa que no quisieron ni podían arriesgar, también cara a su
influencia en el mercado de cantantes. A Katharina y al recien contratado
director artístico, Holger von Berg, se les ocurrió una salida: en vez de una
producción regular ofrecieron a Domingo para 2018, el año sin Anillo, tres
funciones de la "Valkyria" de la ya terminada puesta en escena de
Castorf. Esto significaría una adicional y sumamente agradecida fuente de
ingresos para los festivales.
Durante los primero ensayos ya se notaba una atmósfera
tensa. Domingo se presentó motivado y feliz - pero apenas daba entradas.
Domingo pegaba como Uhu Pegamiento Universal en la partitura. Y
como cantaba al mismo tiempo de los ensayos en Bayreuth el papel principal
MACBETH de Verdi en la Staatsoper de Berlín, se dejaba conducir de un lado a
otro después de cada sondeo wagneriano que no sirvió realmente a que relajasen
en la colina. El ensayo general quedó cerrado incluso a todo tipo de empleados
de la casa. Pero aparte de ello, no sería la primera vez que el primer violín y
los primer atriles toman un acuerdo tácito y concertan una función y que la
apuntadora da las entradas a los cantantes. No en vano disponían de un elenco
excelente: Anja Kampe contó Sieglinde, Stephen Gould el Siegfried, Catherine
Foster la Brunhilda, John Lundgren era Wotan. - todos cantantes con larga
experiencia, todos sintiendo simpatía por Domingo. Según dicen, Domingo se
había contratado explícitamente una orquesta para una semana en Los Angeles
para practicar para el caso de emergencia. Durante el ensayo de la orquesta y
escena en Bayreuth sin embargo ya quedó claro: no se trataría cómo Domingo
interpretaba la obra, sino sí se salvaría en realidad bajo las condiciones
más severas en el Festspielhaus. Y luego viene el momento, el día de la
función. Domingo dirige el preludio marchoso y fluido, durante el primer acto
goza cada tono en particular con los ojos pegados en la notas. Todo suena
amplio, los perfiles quedan borrosos, se puede escucharlo enseguida: aquí
hay alguien volando a vuelo visual para no perder el rumbo. Un arco de tensión
no existe; de vez en cuando los cantantes exigen más prisa por no quedar sin
aliento. Gran alivio al final: por suerte todo iba más o menos bien. Al
terminar el fuego mágico del final, cuando Plácido Domingo aparece con frac
delante del público, le reciben aplausos de alivio y algunos abucheos fuertes.
A pesar de ello tiene cara de contento. Santa Cecilia ha hecho un buen trabajo.
Traducción: Metina Radach
Revista alemana OPERNWELT del 9/10/2018/ Florian
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