dissabte, 26 de gener del 2013

PARSIFAL CON INSTRUMENTOS DE EPOCA


La Frankfurter Allgemeine habla hoy del primer "Parsifal" en versión de concierto dirigido por Thomas Hengelbrock en el auditorio de Dortmund. El próximo sábado dia 26 sera en el auditorio de Essen y más tarde, tres funciones en en Teatro Real de Madrid  los días 29 y 31 de Enero y 02. de febrero, pero a precios bien diferentes: en el auditorio de Essen oscilan entre 15 y 95 Euros, en Madrid, la entrada vale 137 a 215 Euros.
Thomas Hengelbrock presenta el primer "Parsifal" en la ciudad alemana de Dortmund con instrumentos históricos, sin vibrato, pero con sonido de relámpago original. Hengelbrock no quiso ser entrevistado antes del concierto, solo después, para hablar del instrumentario bastante especial y su nuevo punto de vista de la música de Richard Wagner.
 El trato con la prensa del director de orquesta Thomas Hengelbrock es igual de caprichoso que algunas de sus interpretaciones musicales.   Hengelbrock dirigió por primera vez con su orquesta "Balthasar-Neumann-Ensemble" la obra wagneriana "Parsifal", vestido del sonido original. Este sonido histórico superó al dominio de la música del barroco, entrando de lleno en el romanticismo alto y tardío.   Liberar "Parsifal" de una historia de algo más de 130 años puede correr un riesgo pues lleva la última obra de Wagner a la estética de sonido del año de su estreno mundial en 1882, rompiendo con la tradición interpretativa musical y también con el cobro político-ideológico de la "celebración teatral del festival".
La interpretación de Hengelbrock no muestra el aura de rito cultural cristiano-germánico, creado por la antisemita decidida Cosima Wagner después de la muerte del "maestro" y que todas las producciones han respetado con muy  pocas excepciones, por ejemplo la de  Christoff Schlingensief y Pierre Boulez en Bayreuth.    En Dortmund no hay consagración nebulosa, ni mucho menos embriagación colectiva de una agrupación de discípulos fieles. Como mucho se trata de emoción religiosa en el sentido más humilde y mucho más universal como pueden proporcionar funciones de la "Matthäus-Passion" o "Elías".
Hengelbrock coloca la música de "Parsifal" de manera poco habitual, pero correcto con la historia tradicional del oratorio romántico.   Hengelbrock trata la partitura como si Richard Wagner concientemente volviera atrás prescindiendo del vanguardismo del "Tristan" y del "Ocaso".   Con toda razón, Hengelbrock señala que "Parsifal" es parte de ésa estratégia  del regreso y simplificación de la música sacral del romanticismo que se manifiesta  como "Cecilianismo" hasta en los oratorios de Franz Liszt, Anton Bruckner y  en la octava sinfonia de Gustav Mahler. 
Pero, como suena el Parsifal de Hengelbrock ?
Los instrumentos históricos per se suenan más oscuros y, sobre todo, mucho menos pomposos. Pero lo más significativo es la falta de vibrato general en las cuerdas. De repente, el tema del "motivo de la fé" corre lentamente sin parar, fácil, cantable, sin énfasis permanente y presión. Hasta en los momentos Fortissimo, el movimiento nunca queda espectacular y fuerte, los colores brillan y lucen como recién limpiados de la pátina. En los demás grupos instrumentales también se nota el sonido limpio sin mezclar.        Los anteriormente atrevidos efectos de orquestación como tapar los cornos no se usa y vuelven a tener "mordida", el metal brilla menos dorado, pero presenta más fondo de sonido.  Hay particularidades como flautas de madera, un oboe de fabricación alemana que hasta hoy en día lo usa la Filarmónica de Viena, y un contra-alto oboe especialmente reconstruido.    Wagner lo prefirió más que el corno inglés. Lo más curioso fue sacado del fondo del teatro de Amsterdam donde guardan el original de la máquina de relámpago de Bayreuth!   Su apariencia es espectacular porque parece ser un pulpo monstruo con los brazos- varillas de su maquinismo de manivela. El reino mágico de Klingsor cae a toda fuerza!
Qué efecto tan interesante si éstos sonidos teatrales no salen sintetizados, sino que son parte de la música! (En Bayreuth, debido al mal estado de la estructura del Festspielhaus, hace tiempo solo escuchamos sonidos sintéticos).  Para las campanas del Santo Cáliz ,que también causaron un problema a Richard Wagner y que finalmente se decidió por una combinación de varios instrumentos de percusión,  Hengelbrock se decidió por una  mezcla de campanas de Java de temple bajo y los altos gongs de Thailandia.   Es una solución a la que parece difícil acostumbrarse
El sonido más apagado de la orquesta ofrece sobre todo una plataforma para el canto wagneriano.Frank van Hove(Gurnemanz),Johannes Martin Kränzle(Klingsor) y Matthias Goerne(Amfortas) lo aprovechan para una interpretación casi Lied  y siempre fiel a la interpretación del texto de sus papeles. Angela Denoke, una Kundry sumamente intensiva que tendría que abandonar, en las próximas funciones previstas para Essen y Madrid, aún mucho más la presentación tonal pastosa del canto wagneriano convencional. Los coros estan al nivel de Bayreuth, con la claridad de un coral de Johann Sebastian Bach y Hengelbrock apoya tal depuración con tempi con soltura, pero nunca demasiado rápidos. Al final son cuatro horas de duración. Es efectivamente un nuevo "Parsifal" y probablemente hasta el más auténtico. En todo caso, uno sin incienso.
En el video, Hengelbrock con el Kyrie de la Misa en Si bemol de Bach.




Metina Radach


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