dimarts, 6 de setembre del 2011
RuhrTriennale Bochum: TRISTAN
Por: Metina Radach
La idea de Gérard Mortier de crear un festival con un programa muy variado y producir también una ópera cada año, ayudó políticamente a preservar lo que en el siglo XIX fue el corazón industrial de Westfalia Renania y a salvar algunos edificios y naves industriales de la ruina. Sin los esfuerzos incansables y el poder artístico y organizador de Gérard Mortier,
toda ésta región sería un desierto cultural y hubiera perdido sus raíces. Le debemos mucho a Gérard Mortier.
Willy Decker, en su último año de intendente de la RuhrTriennale, se ha dedicado al Buddhismo y su filosofía. La ópera a estrenar fue Tristan, con escenografía de Willy Decker, y Kirill Petrenko dirigiendo a los filarmónicos de la ciudad de Duisburg. Christian Franz fue escogido para el rol de Tristan; Anja Kampe ha sido Isolda; Alejandro Marco-Buhrmester, Kurwenal; Claudia Mahnke, Brangäne; Boris Grappe, Melot; Martin Gerke, Steuermann i Thomas Ebenstein, Hirt.
En la enorme nave industrial de Bochum, Jahrhunderthalle, Willy Decker optó por el minimalismo, una escena austera, con momentos fílmicos no siempre logrados. La gran nave ya de por si puede ser un problema acústico, y las gigantescas tablas blancas de unos 30 x 30 m. en permanente movimiento probablemente aumentaron el problema. En la segunda función que vimos, algunos músicos de la orquesta llegaron retrasados, un cuerno llegó incluso en pleno primer acto. El resultado fue un primer acto muy desequilibrado y ruidoso. En el segundo acto, Petrenko optó por tempi muy alargados que resultaron problemáticos en una escena muy estática y desnuda por falta de decorados .El tercer acto fue el más equilibrado.
Christian Franz lleva muchos años cantando Wagner, y desgraciadamente se le nota mucho. Entona mal, carece de legato, y como se da cuenta de que no logra cantar satisfactoriamente, opta por hablar, un recurso insostenible. Es un placer y una alegría ver a Anja Kampe, muy guapa y con un timbre bonito y juvenil, aunque durante el primer acto dio la impresión que le costó conservar sus fuerzas vocales para poder llegar al final. Alejandro Marco-Buhrmester tiene un timbre extraño, casi de persona anciana. No convenció del todo. Lo mismo se puede decir de los demás cantantes salvo Steven Milling que cantó Marke e impresionó por su mucha sonoridad.
Dirigiendo Tristan con la escenografía de La Fura dels Baus en Lyon, Kyrill Petrenko tuvo más suerte, con un elenco estupendo muy equilibrado y una orquesta disciplinada y potente, de alto nivel. La Fura Dels Baus logró una interpretación del drama tristanesco muy emocionante hasta para los oyentes menos conocedores. En la RuhrTriennale, en cambio, Willy Decker probablemente optó por demasiado minimalismo. Aplauso educado.
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