CONFERENCIA SOBRE “EL ACORDE TRISTAN”

El próximo 27 de Noviembre, a las 19,30h , el conferenciante Carlos Calderón dará su particular, ilustrada y amena visión sobre este intrigante acorde inicial del drama wagneriano, Tristan und Isolde, que cambió radicalmente la agotada atmósfera musical que se respiraba a mediados del siglo XIX, abriendo nuevas puertas a los compositores que le sucedieron. Entorno histórico, emocional y creador de Richard Wagner aparecerán en esta charla para sumergir a los asistentes en estos interesantes y vibrantes momentos que se vivieron alrededor del genio.

Lugar: La Camarga - Aribau, 117 Barcelona

Tel: 933 236 655

APUNTES SOBRE LA CONFERENCIA

El Acorde "Tristán"

¿Puede ese acorde -o para ser más preciso- ese pequeño grupo de notas tocadas a la vez, cambiar el mundo? La respuesta es, sin duda, afirmativa.

Son muchos los ejemplos en que el arte ha dejado de ser interpretación de la realidad para convertirse en motor de la historia. El llamado acorde "Tristán", con el cual Wagner iniciara su celebrada ópera, es para muchos un cosmos en sí mismo. El porqué surge y lo que de él se deriva tiene, como siempre, dos explicaciones: la primera, por los condicionamientos históricos, sociales y culturales que lo gestaron y una segunda, en la lógica interna de la propia música. Ambas explicaciones se apoyan la una a la otra y ninguna puede convivir por sí sola. En esta charla intentaremos mostrar a través de imágenes, audios y videos, la trascendencia y vigencia tanto de este acorde como de la ópera del cual surgió y del hombre que la concibió. Aún hoy día consideramos al "Tristán e Isolda" de Wagner los límites del éxtasis sonoro. Lo que no es poco decir... ¿Está Ud. de acuerdo?

Pero volvamos a la pregunta incial, ¿De verdad puede un acorde crear tamaños sacudones históricos sociales y artísticos? Y volvemos a decirlo: sí. Como nos afirma Brian Magee en su estimulante libro "The Tristan chord":

"Los devotos de la música wagneriana se expandieron en un rango que va desde las mentes más sutiles (Proust) hasta las más brutales (Hitler)". Ambos han movido la historia y nos gusta pensar que fueron a su vez movidos por aquél acorde. Hoy día que disponemos de la música a nuestro antojo electrónico y digital podemos ser "wagnerianos" y solazarnos en el fenómeno artístico de Wagner de manera más serena, más no exenta de pasión y emotividad. Ese acorde nos mueve (y nos conmueve...) pero no nos arrincona en la introspección proustiana ni mucho menos nos hace justificar holocaustos. Preferimos creer que, simplemente, nos embriaga... y su resaca tal vez sea la más agradable de todas...

De todas maneras, el acto de escuchar el acorde Tristán por primera vez (y segunda y tercera...) se convierte siempre en una auténtica epifanía musical, una revelación, algo que ningún melómano olvida. Pruebe Ud. a preguntar (o a preguntarse) sobre lo que aconteció la primera vez que escuchara el Preludio del "Tristán e Isolda" y siempre obtendrá una extraña mezcla de signos de admiración, interrogación y unos cuantos puntos suspensivos... pero indiferencia, ¡jamás!!!

El acorde "Tristán" sigue moviendo, sacudiendo y revelando algo que nos obliga a seguir preguntándonos por él. Las respuestas -como toda respuesta estética- no lo agotará pero nos dejará nuevas preguntas que permiten a Wagner y su música continuar jalonando placenteramente nuestras vidas.

Carlos Calderón

Carlos Calderón Urreiztieta. Formado como Arquitecto en 1982, realizó simultáneamente sus estudios completos de Música y Violín y posteriormente estudios superiores en Lógica y Filosofía de la Ciencia. Ha impartido variadas conferencias en el campo de la arquitectura, el diseño, la música y la historia del arte y la ciencia. Actualmente culmina, en Catalunya, el Doctorado en Historia de las Ciencias UB-UAB-UPF, orientando las investigaciones hacia el estudio del Arte y la Ciencia en el marco de una Historia de la Cultura. A su vez, es docente de Lenguaje Musical y Violín en la Escuela Municipal de Música de Guissona y conferencista en diversas instituciones de Tárrega, Lleida y Barcelona.