dimarts, 23 de setembre del 2014

FESTIVAL DE SALZBURG (2). FIERRABRAS de Franz Schubert.


Una pieza de museo.

En su corta vida-31 años-Franz Schubert fue un genio de la música, destacando especialmente en el lied y música de cámara.   Buena muestra de ello la hemos tenido estos días en la Schubertíada de Vilabertran donde, gracias a la entusiasta gestión del amigo Jordi Roch, Mathias Göerne hizo las delicias de los espectadores con los tres ciclos de lied del compositor vienés: Viaje de invierno, La bella molinera y El canto del cisne. ¿Cómo se explica que el Festival de Salzburgo con su casi 100 años de historia, sea esta la primera vez que programa una ópera de su compatriota? Sencillamente, porque el libreto obra de Joseph Kapelwieser no aguanta el paso del tiempo y es minimamente creíble: Trata de una contienda armada, clásica, entre cristianos y musulmanes (los buenos y los malos) cuya victoria final será de aquellos (faltaría más), gracias a que el Califa Fierrabras- el  tenor Michael Schade- es un “moro bueno” y vete aquí
que renuncia a su fe y a su amada , se convierte al cristianismo y se entrega a los buenos para que todo acabe bien y la ópera se pueda cerrar con un gran coro y cuarteto concertante final, como mandan los cánones de la época.
Una historia similar a la de las fiestas folclóricas tradicionales de moros y cristianos que anualmente se celebran en el Levante interior, Ibi o Alcoy, donde los miembros de una misma familia están indistintamente en uno u otro bando y todo acaba en una “festa de germanor”.
Y no es que en general los argumentos de las óperas sean “como para lanzar cohetes”-salvando varias honrosas excepciones- pero el argumento de Fierrabras no aguanta la más elemental lógica.

Sabemos que en todas las formas de expresión cultural, lo importante no es  EL QUE (el argumento) sino EL COMO (cómo se expone o representa) y esta es la razón que justifica la programación de esta obra de Schubert en Salzburgo. Este COMO cobra en esta ocasión tanto significado que la Dirección del Festival, ha querido rendir homenaje,”in memoriam”, al que fue gran director musical Claudio Abbado, fallecido el 20 de enero de este año 2014.

La música que Franz Schubert compuso para esta ópera, compensa con creces  la debilidad del argumento; es de gran exquisitez; incluye numerosos coros y algunas arias de singular belleza que realzan la representación y justifican esta programación por vez primera en Salzburgo, destacando la interpretación que de la partitura hace la Orquesta Filarmónica de  Viena bajo la atenta batuta del gran director musical- en mi opinión todavía insuficientemente valorado por el gran público- Ingo Metzmacher, quien al final de la representación recibió de los presentes las mejores ovaciones.

Esta ópera de Franz Schubert se inscribe dentro del primer romanticismo musical alemán, cerca del estilo de Oberón o El cazador furtivo de Karl María von Weber o incluso del Rapto en el Serrallo  de Mozart pero más alejado del estilo beethoveniano en Fidelio.

El Festival de Salburgo, fiel  a lo que nos tiene acostumbrados,nos propone para esta producción un reparto de cantantes de primera linea:
Asidua desde hace mucho tiempo al festival, la soprano alemana Dorothea Röschmann, destaca en el papel de la musulmana Florinda con una excelente interpretación vocal, sus arias bellamente cantadas fueron muy aplaudidas. Muy bien en expresión, timbre, fraseo y  bonita voz Julia Kleiter y Benjamín Bernheim cómo Enma y Eginhard, miembros de la familia cristiana.
El tenor Michael Schade que también frecuenta Salzburgo, asumió el papel protagonista de moro Fierrabras, con voz algo blanda poco matizada; su timbre es plano aunque con buena técnica vocal. Su interpretación dramática del personaje resulta impostada e hiperbólica, ya habitual en él.

Lo más significativo de esta producción fue la puesta en escena firmada por Peter Stein: 
Una pieza de museo.
Esta escenografía sería del agrado de ese sector de público inmovilista que rechaza la innovación en la ópera y desearía que siempre se representara tal cómo indica el libreto y el compositor la concibió. El escenógrafo viste el escenario con paneles de papel-cartón pintados, colgados en las tramoyas que se intercalan.(ver fotos), dando contenido al argumento y que bien podría haber sido concebida en los lejanos años  40 o 50 del siglo pasado, al estilo de la Aida que el maestro Mestres Cabanes hizo para el Liceu en 1945.
El vestuario en consonancia, incluye burkas y chilabas, igual que fuera del escenario se pueden ver por las calles de Salzburgo u en cualquier otra ciudad europea  como signo  de los tiempos de globalización en que estamos inmersos.
















La cuestión que nos podríamos plantear, es porque el
 Director de Escena Peter Stein, ha optado por esta 
producción tan tradicional:
-Porque a sus 77 años ha llegado a una edad senil 
y ya no se le ocurren nuevas ideas?
-Tiene un gran recorrido exitoso como director de 
teatro,  pero no acaba de sobresalir en el mundo de la 
ópera?. (Su Macbeth de hace tres años para este 
mismo festival fue irrelevante )
-El libreto es de argumento tan débil, que esta  es la única
 posibilidad de puesta en escena?
-Peter Stein ya manifestó hace algún tiempo que no presentaría trabajos innovadores y se mantiene fiel a su palabra dicha?
Las respuestas para todos los gustos. 
Pero la conclusión es que esta ópera esta anclada en el tiempo, cuando el devenir de los días nos propone un tiempo en constante evolución, un tiempo de reciclaje, que será el título de nuestra última parte de la terna de artículos sobre el Festival de Salzburgo 2014.


Agosto-septiembre 2014  

José Luis Bruned 

1 comentari:

  1. Me permito incluir un comentario que ha enviado desde Colonia Metina Radach, a mi correo personal, dándome, a petición mía, autorización expresa para publicarlo. JLB
    Peter Stein fue un director de escena teatral impresionante, pero el tiempo no perdona. Hasta los cantantes que suelen disfrutar un vestuario clasico, se burlan de los muchos metros de terciopelo y encaje. Stein dijo en la prensa que Fierrabras le parece una obra tonta y el libreto muy idiota. Tiene razon, pero porque firmo el contrato? Lo malo es que no se le ocurrio una idea adecuada. Hubo una puesta en escena respetable en Frankfurt. Segun el New Grove de la biblioteca universitaria, Schubert fracaso totalmente como compositor operistico. Dicen que su opera llamada "Los amigos de Salamanca" es la unica de categoria. A veces no me explico algunas reanimaciones operisticas. Muti fracaso en Salzburgo con sus "decubrimientos" operisticos italianos.

    Metina Radach

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