dilluns, 3 de desembre del 2012

LUIGI DALLAPÍCOLA DISCÍPULO DE LA 2ª ESCUELA DE VIENA



El Teatro Real de Madrid ha representado la ópera el Prigioniero-estreno en España- de Luigi Dallapícola como parte de un programa doble del que resultó para nosotros el descubrimiento de su creador.
Luigi Dallapícola fué el renovador de la música italiana de la 1ª mitad del siglo 20 y el importador del dodecafonismo;  desde su primera juventud, su vida transcurrió en la época convulsa de la reciente historia europea.
Nació en 1904 en Ístria, enclave perteneciente al entonces imperio austro-húngaro y  que después formaría parte de Italia y actualmente de Croacia.
A su padre se le consideró activista pro-italiano y toda la familia sufrió una aguda represión política que en 1918 en plena guerra mundial les llevó deportados  a Graz; estas amargas vicisitudes marcarían al joven Luigi  para toda su vida.
Su trayectoria  artística quedó definida en 1924 cuando escucho por primera vez Pierrot Lunaire de Arnold Schönberg dirigida por el propio autor y que supuso el inicio de una relación posterior. En 1934 conoció a Alban Berg- del que admiraba su obra Wozzeck-y también a Anton Webern.
Su música puede definirse como diatónica atonal y dodecafónica con un desarrollo original muy personal de los recursos tomados de sus admiradores de la 2ª escuela de Viena.
La ascensión de los fascismos en Europa en 1938 y la posterior escalada de violencia con el estallido de la 2ª guerra mundial, marcaran  un período profundamente pesimista en el que nuestro compositor trabajará en la ópera el Prigioniero (1944-1948) que trata del lamento de un preso político que sufre la “tortura por la esperanza” y que con el tipo de  música descrita  agudiza el drama  que acabará con la muerte del personaje.
Una ópera dirigida musicalmente y con competencia por Ingo Metzmacher y que sirvió para recordarnos su magnífica dirección de Die Soldaten en Salzburgo, precisamente  similar musical y argumentalmente al Prigioniero.
La puesta en escena es la más coherente y digna de las que hemos visto firmada por Lluis Pascual.
Deborah Polaski magnífica en el papel de madre por voz y por edad y Vito Priante en el de prisionero realzaron una magnífica representación que en muchos aspectos nos conecta con  aquel programa doble Janacek- Bartok en lo que fue la mejor interpretación que conocemos del tenor Michael König, firmado por La Fura dels Baus y coproducido por el Liceu y la Ópera de Paris-Palais Garnier.

 La Viena del cambio de siglo fue un laboratorio cultural donde tuvo lugar una auténtica revolución en todas las artes dentro del cual el grupo de compositores de la llamada 2ªescuela de Viena- Arnold Schönberg,Alban Berg o Anton Webern- crearon el caldo de cultivo para la futura creatividad musical del siglo 20 y que influyeron en autores tan diversos como Bela Bartok- El Castillo de Barba Azul- Leos Janacek-Diario de un desaparecido- el propio Dallapícola –El Prisionero- o Alois Zimmermann–Die Soldaten ;cuya instrumentación y musicalidad “casan” con la dramaturgia que explora el alma humana en una época tan convulsa de la reciente historia europea

En la colaboración entre el Real y el Liceu está prevista-si la crisis no lo impide-  la representación Barcelona de esta magnífica ópera, que los aficionados catalanes estaremos de enhorabuena si la podemos disfrutar.




José Luis Bruned

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