divendres, 9 de juliol del 2021

EL RHEINGOLD DE BERLIN

 

El nuevo „RHEINGOLD“ en el teatro DEUTSCHE OPER BERLÍN

Comparsas en ropa interior y mucha juerga: Stefan Herheim pone en escena el drama musical de Wagner basado en un espectáculo de marionetas y de feria. Está ilustrado con fuerza y algo superficial, pero convence a los cantantes y a los técnicos de escena.

Por suerte todo salió bien al finalno para los dioses de Richard Wagner que caminan de buen humor hacia su perdición, pero si para los técnicos de escena que sobrevivieron a todo un desafío.

El director de escena Stefan Herheim y su co-decoradora Silke Bauer han creado imágenes tán elaboradas que se necesitan muchas manos amigas también un poco de suerte, ya que los técnicos siempre estan visibles en el escenario abierto y con mucha agitación en el trabajo a fin de colocar las determinantes escaleras del espectáculo a tiempo en su lugar.

En resumen, mucho lío, mucho colorido en el escenario y juerga poderosa.

Por supuesto, El „Rheingold“, ese cuento de hadas, lo tolera muy bien. Herheim proviene del teatro de marionetas. Obviamente le gustan las fábulas y leyendas. Le apasiona ser el animador escénico. Por eso, se permite participar a tánta gente…Todo tán lleno de ideas por parte de él y su equipo, nunca fue aburridoSiempre hubo momentos sorprendentes y asombrosos. Por ejemplo,  ¿qué pasaría si Wotan decidiera prematuramente arrojar el disputado anillo del nibelungo al Rhin? Sería un final feliz después de dos horas. El resto del trágico cuento de cuatro partes de Wagner habría terminado. Afortunadamente, la partitura sigue presente en el escenario. Es por ello que todos los involcrados aparentemente continúan y en un momento, incluso Richard Wagner tiene que intervenir personalmente para salvar todo el proyecto de una conclusión rápida y conciliadora.

Herheim se hará cargo del teatro An der Wien en 2022. ¿Realmente le interesa el Rheingold? Al parecer al cien por cien. Pero más allá del opulento decorado y las numerosas bromas en Berlín, lamentablemente nada permanece sin aclarar. Una legión de comparsas cargan maletas y permanecen de pie durante una larga hora en ropa interior de canalé, a veces soñando del amor. Eso genera mucha confusión, mucha velocidad, pero poco sentido, un fenómeno ya evidente en Munich en una producción igualmente nutrida y sobrecargada del ANILLO de Andreas Kriegenburg. Con la „Walküre“, la segunda parte del Anillo ya estrenada en la Deutsche Oper Berlin, quedó claro: éste tipo de engaños exuberantes y visualmente poderosos con objetos ocultos no llegan muy lejos en términos de contenido.

Es cierto que a Richard Wagner le gustaba la mágia escénica y le hubiera entusiamado tánta luz y maquinaria, por eso se quejó durante toda su vida de las limitadas posibilidades técnicas, pero tampoco un simple entretenimiento  hubiera sido suficiente para él. Hacia el final, en Berlín ocurrió casi involuntariamente algo divertido: se suponía que los dioses debían pasar por encima del arco iris hacia su Walhalla como de costumbre, pero el trozo de tela se deslizó peligrosamente de tal manera sobre los andamios de la escalera escondida que d lugar a que uno de los dioses inmortales pudiera resbalar. 

Musicalmente hubo poco de criticar. El tenor belga Thomas Blondelle como el dios del fuego LOGE iba vestido entre  Mephisto y  Mickey Mouse. Cantó de manera sobresaliente por lo que fue debidamente celebrado. Sólo por él, la velada valió la pena. Markus Brück como ALBERICH y Annika Schlicht como FRICKA también convencieron: texto comprensible, actuación soberana, vocalmente sin esfuerzos. Ésto también se aplica a los dos gigantes, Andrew Harris, un FASOLT amoroso y romántico, y Tobias Kehrer, un FAFNER hambriento de dinero. El bajo-barítono australiano Derek Welton como WOTAN era claramente demasiado juvenil y pasivo para pasar como el gobernador del mundo tánto en términos de actuación como de voz. En lugar de un patriarca, bien podría haber sido un ambicioso heredero financiero.

El director de orquesta Donald Runnicles no se inclina por los efectos bruscos y las intervenciones brutales en la partitura y rara vez muestra su propia letra a este respecto. Tampoco tiene por qué serlo. Esto a veces parece exagerado con otros directores de orquesta. Y así, Runnicles presentó una velada meticulosamente ensayada y muy bien equilibrada, sin bamboleos y nerviosismo. Un toque más dramático hubiera servido acusticamente, pero el „Rheingold“ es el preludio comparativamente „ligero“ del ANILLO y no tiene que ser tán pesado como „Götterdämmerung“. En general, fue un estreno aclamado por el escenario y en disputa entre el público, por lo tanto, una noche controvertida, pero musicalmente buena.

 

BR Klassik, prémière el 12.06.2021, crítico : Peter Jungblut

Traducción: Metina Radach

 

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