La première de la Valkyria Deutsche Oper Berlín. Stefan Herheim fracasa .
La Staatsoper de Vienna ha prohibido aclamar los bravi de alta voz porque distribuye los contaminados gotas de salvia. La Deutsche Oper Berlín probablemente tendría que pensarselo bien y prohibir también los abucheos no menos explosivos. Stefan Herheim, el director de escena de la Valkyria de Richard Wagner, se hubiera ahorrado mucho a la hora del aplauso final. Es que si la mayoría de los 780 visitantes permitidos empiezan a abuchear, todo se suma hasta con las mascarillas puestas y terminó en un ruído importante que sobrepasa la cabalgata de las Valkyrias con facilidad.
El anterior Anillo del Nibelungo en la DOB permaneció desde 1984 al 2017 en el escenario y fue realizado por su ex-intendente Götz Friedrich. Ahora un nuevo Anillo está en escena y el responsable es Stefan Herheim que supo fascinar con su interpretación de „Parsifal“ 2008 en Bayreuth. Desde entonces está destinado a ser uno de los más acreditados directores de escena wagnerianos de nuestros tiempos. Después de la versión de desesperación del „Rheingold“ en el parking abierto detrás del teatro en Junio, no repararon en gastos para estrenar por lo menos „ Walküre“ a tiempo debido. Mecenas pagaron los gastos de los tests Covid-19 diarios a todo el personal del teatro. Seis horas Wagner con dos largos descansos para menos de la mitad del público que normalmente cabe en el teatro – ésto es con las mascarillas puestas en todo el tiempo una sensación en tiempos del virus Corona.
Herheim presenta mucho de lo ya conocido de sus diferentes escenografías: Busca el orígen de la obra y las condiciones de creación. En el centro del escenario pone un piano que sustituye al fresno de Mundo y a la roca de las Valkyrias al mismo tiempo. Figuras corren a cada momento hacia el instrumento y lo tocan o hechan una mirada a la partitura o salen en ropa interior. La cabalgata de las Valkyrias recuerda a una divertida competición de canto. La escena cambia y vuelve a ser traumática cuando Wotan no sólo condena a Brünhilde a un matrimonio no deseado, sino deja que los soldados héroes cubiertos de sangre teatral violen a todas las Valkyrias nada más llevarles a Walhall.
Lo realmente desagradable de éste tipo de escenografias es que exigen mucha energía a los cantantes a la hora de actuar en lugar de aprovechar su fuerzas vocales para profundizar en la representación de su rol. La concentración del público se desvía bastante en vez de seguir la esencia de la obra. Al mismo tiempo, el elemento comprensivo tiende a zero ante la acumulación de una serie de tonterías torpes y hasta poco originales. El público reacciona con razón : gran aplauso para los cantantes y fuertes abucheos para el team de Stefan Herheim . El nuevo Anillo del Nibelungo recién estrenado ya tiene sabor de acabar mal. Shame on you, Stefan Herheim!
La gran alegría por la primer première operística en Berlín despues del comienzo de la pandemia y la enorme ilusión por el estreno de un nuevo Anillo en la calle Bismarck no tarda ni cinco minutos en terminar.
A éstas alturas ya queda claro por dónde guía Herheim los pasos de la obra. Un sinfín de maletas usadas forman las paredes de la caseta de Hunding. Acompañando a Sieglinde hay un ser gnomo presente que se comporta muy agresivo durante todo el primer acto sin que se revele el profundo sentido de ello, aparte de que molesta la actuación de los protagonistas. Sieglinde corta la garganta al hijo porque molesta a la hora de hacer el amor con Siegmund.
A veces parece que Stefan Herheim perdió el hilo y ojalá lo encuentre al finalizar el Anillo.
Es una de las razones por la cuales Lise Davidsen, tán aplaudida como gran joven estrella entre las sopranos wagnerianos desde su debut en Bayreuth, deja bastante frío. Su poder vocal y sus agudos deslumbrantes impresionan, pero su interpretación permanece bastante monótona. Brandon Janovich en el rol de Siegmund ofrece mucho más fuego amoroso y heroísmo, pero lucha con un timbre raro y un fraseo desequilibrado. Nina Stemme sigue siendo una Brunhilda sólida y todavía consigue con espléndidos colores vocales representar una Valkyria juvenil. A John Lundgren le falta la profundidad de un bajo tan necesaria para el rol de Wotan. En vez de ello tala en los agudos sus cuerdas vocales de tal manera que al final se le van las fuerzas. Annika Schlicht sabe convencer como Fricka y no sólo se lleva el premio por ser una mezzosoprano dramática de verdad, sino que tambien supera a su marido divino por relatar con detalle la interpretación de su texto. Los tempi a veces muy lentos del DGM, Donald Runnicles, son cuestión de gusto.
Al empezar el fuego mágico, Wotan necesita largo tiempo para buscar el interruptor de luz en su lanza hasta que unas sábanas blancas empiezan a bailar en el fondo. Muchos teatros escolares lo harían seguramente mejor.
Los teatros deberían aprovechar el descanso causado por el Covid19 y preguntarse si el “Anillo” que ya ha "sufrido" demasiadas interpretaciones tendría que presentar alguna sensación nunca vista.
Fuentes: Süddeutsche Zeitung Munich, Klassik begeistert online
Traducción: Metina Radach
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